___________________________Felicitación Navideña recibida de COAPI Tarragona.
CON MIS MEJORES DESEOS DE QUE DISFRUTEMOS
DE UNA FELIZ NAVIDAD.
DE UNA FELIZ NAVIDAD.
Sin duda esta no es una Navidad como la de los últimos años, y no solo me refiero para el sector inmobiliario. La recesión económica viene marcando fuertemente la vida de muchos ciudadanos que, atónitos por la rapidez en que se han producido los acontecimientos, se han visto absorbidos por una espiral negativa que hace tambalear los pilares en que sustentan sus principios básicos de la vida en nuestra sociedad: ven peligrar su puesto de trabajo, ven aumentar las cuotas de su hipoteca, ven la falta de dinero "líquido" en el mercado bancario y en sus carteras, y no ven con certeza un final a esta situación.
La verdad es que solo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena y hasta ahora la mayoria de nosotros hemos vivido al límite de nuestras posibilidades, arrastrados por la norma no escrita y fuera de todo sentido común de: "Si mi vecino puede hacerlo, yo igual o más".
Es el momento de recuperar viejas tradiciones, que nos ayudarán a tocar un poco de pies en el suelo, y a valorar las pequeñas cosas que nos llenan la vida. Es notorio que este año, durante las fiestas navideñas, las familias van a cocinar más en sus hogares en detrimento de ir directamente al restaurante o comprar los manjares ya preparados.
En Cataluña tenemos la tradición del "Caga Tió": desde tiempos ancestrales, los pequeños de la casa se reunían en nochebuena ante la chimenea, donde había un gran tronco que sobresalía hacia la estancia, tapado en parte por una manta. Los pequeños cantan una canción y golpean con un recio palo el tronco para que deje salir de su interior las cosas buenas que tienen para ellos. Efectivamente, al levantar la manta aparecen los esperados obsequios que en las últimas décadas han sido "chuches a punta pala", juguetes y regalos, mayormente para los niños. Antes se aprovechaba para que el Tió cagara los turrones y las neulas, las botellas de cava, frutos secos y tostados,... que posteriormente toda la familia compartían en la mesa. Los niños se sentían protagonistas de que con su esfuerzo (aprender la canción y picar con el palo), toda la familia disfrutaba de tan ricos placeres. En los últimos años, quedaban las "chuches" y los regalos sin abrir durante varios meses en casa, puesto que los pequeños ya los tenían cada dia, sin esperar a fiestas señaladas.
No se da ningún valor a lo que nada cuesta y ahora tenemos la oportunidad de inculcar a los pequeños y recordar los mayores algunos de estos principos básicos. Todos sabemos que esto es así, pero ¿Cuantos lo llevaremos a la práctica?
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